La sabiduría de las manos transmitida de una generación a otra en una familia con alma de metal. La pasión por el trabajo bien hecho aprendida al lado de un maestro del oficio.
La historia de RS Barcelona es la historia de un sueño.
La transformación de una pasión en una forma de vida.
La historia de RS Barcelona arranca en 1975, en un pequeño taller de chapa metálica. Rafael Rodríguez Castillo, un matricero con mucho oficio a sus espaldas, decide montar su propio negocio. Con el tiempo, se convierte en una nave industrial a pocos quilómetros de Barcelona; un proyecto al que se unen sus dos hijos, Rafael y Sergio.
Las máquinas cortan y doblan el metal a un ritmo incansable y constante que, pronto, se hace monótono. Y es que trabajar para otros da de comer, pero no sacia el apetito creativo. Con toda la experiencia del oficio en las manos se lanzan a diseñar un producto propio y único. Así nace el futbolín RS2. Un diseño icónico que permite sacar el futbolín del garaje para disfrutarlo en el salón, donde fluye la vida del hogar.